Tuesday, September 03, 2013

FanFic: "EVERY BREATH YOU TAKE OF ME - SEGUNDA TEMPORADA" (Robert Pattinson & Tú) - 36vo Capitulo.

SUMARIO



EVERY BREATH YOU TAKE OF ME.
SEGUNDA TEMPORADA.
Capitulo 36.


Una sonrisa tonta escapo de mis labios al recordar nuestro encuentro en el vestidor del gimnasio hace menos de media hora. Y es que las cosas habían cambiado un poco con respecto al sexo, Robert había comprendido realmente lo que todo el tiempo le decía sobre el bebe y yo y había dejado su locura por "no sexo" aun lado, pero él siempre se preocupaba de que yo me sintiera cómoda para no correr ningún riesgo. Y sin duda la más contenta de todo esto era yo, odie que se hubiera puesto en ese plan de no poder sentirlo completamente, como me gustaba y sabia que él no podría haber soportando tanto tiempo. 

-¿Que debes ir a buscar a la empresa?- gire mi rostro hacia él. Sus ojos estaban ocultos detrás de unas gafas negras las cuales le hacían lucir perfectamente sexy. Giro un segundo su rostro hacia mí para luego volver a concentrar la mirada en el camino. 

-aahm...- susurro..-necesito unos papeles...papeles para unas llamadas que necesito hacer en casa- le mire entrecerrando la mirada. ¿creía que realmente era tan idiota? le conocía y para peor he trabajo los últimos cinco años en lo mismo que él, no era imbécil. 

-mm, veo..- murmure sin decirle nada más. en verdad me moría de curiosidad por saber a que íbamos realmente a la empresa. si no hubiera sido por las clases de gym-agua no hubiéramos salido de casa, él había pedido unos días para estar en casa conmigo y si hubiéramos salido hubiera sido para comer o de compras, pero no para ir a la empresa. sabía muy bien que cualquier cosa que alguno de los dos necesitara saber relacionado a la empresa se llamaba desde casa o se mandaba un correo o fax a nuestra asistente pero no era necesario el salir de casa o algo por el estilo. 

Mis pensamientos me habían atrapado menos de diez minutos cuando volví a la realidad detuve mi mirada fuera de la calle y luego hacia el cielo estaba despejado totalmente y iluminado de una forma encantadora. de repente sola me di cuenta, íbamos por otro camino. 

-okay, lo sabia! ¿a dónde vamos?- pregunte, él soltó una encantadora risa. 

-como no habías dicho nada pensé que no te habías dado cuenta- pronuncia entre una pequeña risa. le golpe el brazo no de forma exagera. 

-Robert, dime ¿a dónde vamos?- pregunte nuevamente, sus labios se tornaron en una mueca. nos había tocado el rojo por lo cual el auto se detuvo, su mano cayó hasta mi pierna acariciando sobre ella. me observo. 

-es una sorpresa...- apoye de golpe mi cabeza sobre el respaldo del asiento. 

-al carajo, ¡que odio las sorpresas! tendrás que decirme- le advertí. él volvió a reír como si le hubieran contado el mejor de los chistes y para mí no era nada gracioso en verdad. 

-estamos por llegar, ya verás- abrí la boca para responderle pero esta solo se lleno de aire, no sabía que decirle. negué con la cabeza y sin quererlo una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro. desvié la mirada hacia cualquier lugar para ver si reconocía algo pero nada. nos estábamos yendo por la costa, era lo único que podía afirmar. mire hacia el mar que brillaba gracias a los rayos del sol. de repente el auto dio una vuelta entrando a una camino marcado por los grandes árboles de entre los cuales entraban pequeños rayos de sol. el auto volvió a pararse cuando nos encontrábamos enfrente de una reja negra de gran altura la cual tenía adornos en dorado por gran parte de ella. el vidrio del lado de Robert se abrió y él saco su brazo fuera para presionar sobre el pequeño aparato que estaba sobre la maciza pared de cemento y ladrillos de un color sobrio. le mire pero él no me devolvió la mirada, volví a mirar hacia delante dándome cuenta la gran reja se abría totalmente para darnos paso. 

el pequeño camino que había entre la entrada a la entrada de la puerta de a gran casa era de dos o tres minutos, yo había quedado encantada con el alrededor de enfrente de la casa, me imaginaba como seria el patio trasero, una cancha de bateo o algo incluso más grande. Mire la casa desde mi lugar y se veía de verdad enorme y quizás no lo era tanto por dentro, pero se veía gigante y su estructura y fachada era elegante y bella, me recordaba mucho a las grandes casas que habían en Londres, a la misma casa de mis suegros me recordaba. 

La puerta del auto de mi lado de abrió, Robert me ayudo a bajar con una de sus manos. Ya firme mis pies en el piso, volví a mirar la casa y woow, era en realidad preciosa. Una de las manos de mi hombre acompaño a la mía sobre mi barriga y la otra se aferro a mi cintura. Lleve un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. 

-prometo que si hemos venido a ver a un cliente, te mato. mi falla es la peor esta tarde- dije soltando una pequeña risita al final. sentí como sus labios se posaban sobre mi cabeza depositando un casto beso ahí. 

-en verdad...-le mire hacia atrás y acomodándome esta vez en sus brazos para poder observarle de mejor forma. -...esta es tu sorpresa- le mire un segundo más para luego desviar la mirada hacia la gran estructura frente a nosotros, negué lentamente. 

-estas de broma.- solté unos segundos después para demorarme unos segundos más para observarle nuevamente. 

-creo que la casa de ahora se nos hará realmente pequeña cuando nazca y...-se separo de mi sin soltar nuestras manos que anteriormente se habían unidos, quedo enfrente de mi observándome. -...no quiero solo un hijo y además, lo más importante, tiene baño en la primera planta.- le observe detenidamente y realmente no me la creía. asentí un par de veces


-¿la has comprado?- pregunte. él asintió lentamente regalándome luego una hermosa y bella sonrisa torcida. -joder...-dije en un suspiro. mire nuevamente hacia la casa de un lado a otro. -es gigante...-solté algo nerviosa...-y preciosa y me ha encantado- solté finalmente en una risita nerviosa. lleve mis brazos a su cuello atrayéndolo hacia mí, levante la mirada hacia él y hermosos ojos verdes brillantes me observaban con adoración. 

-gracias- susurre, acerque mis labios a los suyos y mi lengua rápidamente entro en su boca y disfruto junto a la suya de ese increíble beso. escuche su pequeña risita cuando nuestro aire había acabado y necesitábamos mas. se puso nuevamente detrás de mi, de la misma forma que antes. 

-vamos, nos esperan para enseñarte tu nueva casa, señorita steele- sonreí a sus palabras para con impulso de él comenzar a caminar hacia dentro de la casa. 

Al solo entrar y observar la entrada de la casa ¿era casa? parecía mansión. me encanto. ese toque elegante y sutil en cada terminación era perfecto.

 
 

Caminamos dentro del lugar mientras yo miraba con cuidado y detención cada espacio del gran lugar. Robert me indicaba por donde ir hasta que llegamos el que parecía ser el enorme living-comedor. 

 
 

Y claro era enorme, nada dentro de ese lugar era pequeño. No podía dejar de mirar alrededor, realmente y sinceramente había amado lo que solo ya había visto. Me di cuenta que ya no estábamos solos cuando la joven chica comenzó a hablarnos, me miraba a mi por lo que pestañee un par de veces y comencé a escucharle. La vivienda tenía cinco dormitorios, siete baños y una sala aseo. también cuenta con una sala multimedia, spa, jacuzzi, biblioteca, sala de fitness, terraza al aire libre, piscina exterior, garaje de cuatro plazas y creo que no me ha faltado mencionar nada más de lo que ella me había dicho. Me había llamado la atención que fuera solo de una planta pero mientras seguíamos la expedición dentro de la casa creo que realmente eso no me había interesado luego de recorrerla completamente. Esta casa era maravillosa y estoy segura que mi hombre no puedo haber escogido algo mejor. 

 
 
 
 
  
   

El patio trasero, las habitaciones y todo en verdad me había encantado. Estaba afuera en la terraza viendo encantada el lugar, era todo tan hermoso, brillaba. 

    

-¿qué te ha parecido?- me gire para observarle, estaba parado detrás de mi con sus manos dentro de los bolsillos con un aire totalmente en calma, lucia perfectamente sexy. 

-es perfecta, me ha encantado- dije sinceramente. le sonreí y él me devolvió feliz la sonrisa. me acerque a él lentamente, sus brazos me acercaron a él con fuerza aferrándome a su cuerpo. respire hondo entre su cuerpo, olía exquisito. 

-nuestro nuevo hogar, pequeña- había vuelto a llamarme de esa encantadora forma y yo estaba encantada. le mire hacia arriba quedando totalmente envuelta y enganchada en él, en su forma de mirarme, con ese cuidado y sutilidad maravillosa. esto era un nuevo comienzo, para ambos, para comenzar nuestra pequeña futura familia.

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