Kristen Stewart y Robert Pattinson, protagonistas de la saga «Crepúsculo», han dicho jueves en Madrid que la experiencia de estos casi cinco años de rodajes ha sido «algo único y excepcional», de los que la actriz «no cambiaría nada», a lo que el inglés añade que él tampoco, con una sonrisa entrecortada.
A horas del tan deseado estreno de la segunda y última parte de «Amanecer», los actores y el director respondieron en una rueda de prensa a la curiosidad de los periodistas, Stewart separada de Pattison por Taylor Lautner, con gestos de complicidad y compadreo más propios de compañeros de instituto que de estrellas de Hollywood.
Enfundada en un vestido blanco y negro con el cuello de pedrería, Stewart ha comentado que han sido «cinco años muy intensos, de muchísima intimidad, que sólo se pueden mantener con pasión y mucha ilusión por el proyecto», y añade que piensa que el grupo de actores «algo habrá tenido que ver» en el éxito, aparte de «algo de suerte».
«Amanecer. Parte 2» comienza exactamente donde acabó la primera, con la roja mirada de la nueva vampira Bella tras dar a luz con muchísimas dificultades a su hija Renésmee (Mackenzie Foy), una criatura que respira y a la que late el corazón pero con evidentes habilidades sobrenaturales y una forma de crecer anormalmente veloz.
Convertidos en una familia, los Cullen deben defenderse de nuevo de los Vulturis, que creen amenazado su poder por la extraña naturaleza de la niña. Una quinta película que culmina las adaptaciones al cine de las novelas de la estadounidense Stephenie Meyer.
A la pregunta de qué Bella le gusta más, ya que las cuestiones personales estaban totalmente prohibidas en la rueda de prensa, Pattinson responde rápido que «prefiere a la de ficción», aunque luego matiza que se refiere al personaje de la película frente al creado por Meyer.
«Creo que me quedaría con la Bella de la película porque es mucho más fantástica, es la que tiene el control, la que manda», opina. Y añade que hay «dos Bellas, y dos Edwards»; el de la novela, considera el actor, que «se quiere más a si mismo», mientras su vampiro «está más preocupado por los demás, se sacrifica».
Pattinson, Stewart y Lautner llegaron al proyecto con 22, 18 y 16 años, respectivamente; unos completos novatos que aún no entienden por qué despertaron, removieron, conmovieron y agitaron a un increíble ejército de seguidores.
«No sé por qué ni cómo pero realmente pasa. Y se multiplica, y es una energía que te contagia. Es una pasión tan increíble como un volcán en erupción"», intenta explicar Stweart.
«Me sorprende esta devoción de los fans», apunta Pattinson.
«Después de ver el revuelo que causó la primera película y la importancia que le dio todo el mundo empecé a ver la dimensión de aquello y me cayó encima el sentido del deber; yo ni sabía que eso existía y después me di cuenta de que ellos no solo eran partícipes del proyecto, sino que eran quienes lo empujaban», señala.
Lautner, que se siente «muy afortunado», afirma que ha crecido y madurado al tiempo que los fan, algunos de los cuales «llevan tatuajes de 'Crepúspulo'. Eso es muy serio», dice y añade que ha aprendido «muchísimo» de los actores y de cuatro directores que ha tenido la saga.
Condon, director y guionista de la oscarizada y deliciosa «Dioses y monstruos», fue el encargado de realizar las partes I y II de la película final «Amanecer» en que la productora decidió dividir el desenlace.
«La primera parte es más íntima, es más una historia de amor, con la boda y el embarazo de ella, y ésta es diferente», añade Condon, y no sólo por el año y medio que le ha llevado el montaje y la edición de la cinta, sino porque incluye 2.000 secuencias retocadas.
Aunque hay «batalla final», Condon asume el enfado de algunos fansporque no es exactamente lo que los lectores de la novela esperan.
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