Saturday, May 25, 2013

FanFic: "EVERY BREATH YOU TAKE OF ME - SEGUNDA TEMPORADA" (Robert Pattinson & Tú) - 3er Capitulo.

HOLA HERMOSAS*-* esto aquí como cada sábado publicándoles un nuevo capitulo de la fanfic. Como siempre agradecerles por cada comentario y buenos deseos, nos alegra de sobre manera el saber que la fanfic las entretiene y es interesante para ustedes!! Espero que este capitulo no las decepcione jaja y sigan apoyando esto. Nos vemos pronto preciosas, un beso & abrazos<33
 
ANI(:
 
 
SUMARIO
 
 
EVERY BREATH YOU TAKE OF ME.
SEGUNDA TEMPORADA.
 
Capitulo 3.
 

La primera tienda que visite era solo de zapatos, habían unos cuantos que me habían llamado la atención demasiado y los hubiera comprado, solo que el dinero con el que andaba quería dejarlo para otras cosas. Pase por varias tiendas, mirando y comentando con las vendedoras que estaban en los respectivos locales. Para mi pesar llegue a una tienda donde vendían chocolates y no pude decir no, compre una pequeña bolsita con diferentes tipos de chocolates los cuales iba comiendo mientras seguía entrando y saliendo de tienda en tienda. Ya casi a las dos horas de andar de tienda en tienda, encontré una de música y no sé porque, creo que solo porque tenía tiempo para desperdiciar que entre en ella y comencé a ver los CD's.

-no pareces ser fan de Michael Jackson- gire mi rostro enseguida a un lado, encontrándome unos ojos azules profundos observándome, mire el Cd's que tenía en mis manos.

-quizás no pero hacia buena música- dije en defensa mientras a un miraba el CD's entre mis manos. Lo deje en su lugar para luego seguir caminando mientras observaba que otros CD's habían por ahí.

-entonces...¿que música escuchas?- volví a girar, esta vez mi cuerpo casi completo. Le observe rápidamente: era alto, me ganaba como por una cabeza o algo así. Vestía unos jeans negros ajustados y una chaqueta azul también algo ajustada al cuerpo, pero solo lo suficiente, acompañada de una polera (remera, camisa, etc) completa negra. No podía negar que en verdad sus ojos eran preciosos, eran de un azul diferente, no había visto tal color de ojos antes. Su rostro era bien definido, rasgos puros entre lo fuerte y débil, finos labios y fina nariz, su cabello castaño oscuro le venía muy bien a su rostro.

-¿disculpa?- pregunte mirándole, su rostro se tenso un momento pero luego soltó una pequeña risita. Entrecerré la mirada.

-lo siento, no quiero incomodarte o algo por el estilo- su tono de voz era grueso, en cierto punto encantador. Asentí rápidamente. - James Andersen, un placer- su mano se movió enfrente de mí, estire la mía luego de un segundo de demora. -____________ Steele- separe nuestras manos luego de unos segundos.

-y ¿no me responderás?- pregunto, le observe para luego desviar la mirada.

-pues, no soy de escuchar demasiado música- dije -no tengo nada en favoritos- no me observaba esta vez pero se notaba como me escuchaba con determinación, con mucha atención.

-una pena señorita Steele- carraspee mi garganta

-señora..- dije despacio mirando hacia el suelo haciendo al tiempo que mis dedos volaran a mi boca y tocaran mis labios por un segundo, era la mano en la que llevaba mi anillo. Baje la mano enseguida cuando note su mirada sobre ella.

-oh, lo siento nuevamente- soltó sonriendo. Le sonreí de vuelta.

-no te preocupes, está bien.- mire a un lado para luego volver a observarle- ...debo irme ahora, ha sido un gusto- dije al tiempo que daba la media vuelta y caminaba fuera de la tienda. No me había parecido un mal chico o algo así, solo que, no lo sé, no quería compañía ahora mismo. Y por un lado sabia que algo así no correspondía...creo.

-Hey, ______________- no fue necesario que mirara hacia atrás cuando ya James estaba a un lado mío. -¿puedo preguntarte algo?- me observo con cuidado, le mire algo curiosa.

-creo que si- respondí.

-Okay. Quizás no corresponda pero si no te vuelvo a ver nunca mas no quisiera quedarme con la duda...-alce las cejas en forma sugerente-...¿cuántos años tienes?- no pude evitar soltar una estúpida risita. Mire al frente unos segundos para luego mirarle.

-nunca te dijeron que eso no se les pregunta a las mujeres, es de mala educación- dije girando los ojos, el rio y luego yo le acompañe. -tengo veinticinco años- su boca se entreabrió cerrándose como de golpe, solo asintiendo a mi pregunta.

-¿no eres muy joven para estar casada?- dijo, le observe enseguida.

-¿y eso quizás no es de tu incumbencia?- le respondí, me observo un segundo para luego hacer lo mismo que había hecho minutos atrás en la tienda, pero esta vez soltó una pequeña sonrisa. Asintió. Yo detuve el paso en la esquina donde estaba justo la parada para el taxi. él se detuvo también.

-no te vayas aun- me dijo, le mire algo sorprendida. -quiero decir, sé que esto es realmente estúpido y que debes pensar que soy un completo imbécil y quiero que sepas también que respeto totalmente el que estés casada- asentí lentamente a sus palabras- y me gustaría invitarte a almorzar o tomar un café o lo quieras...ahora mismo, si no tienes algún problema claro- le observe un momento para luego soltar un pequeño bufido. No me había parecido mal chico como dije, al contrario, realmente agradable y simpático. Y no quería aun volver a casa, por el solo hecho que no quería encontrarme con Robert si es que ya había llegado, y si no, no quería esperar todo el tiempo en que se demorara su llegada.

-está bien- dije en un suspiro- ¿te pareces si almorzamos en algún local?- dije apuntando con mi mano hacia los locales que antes nosotros habíamos pasado. Él asintió sonriente a mi propuesta al tiempo que comenzábamos a caminar hacia alguno de los sitios.

Al llegar tomamos unos de los puestos vacios y enseguida comenzamos hablar mientras se pedía la comía. James era un chico de mundo. Había viajado por casi toda Asia y Europa, aparte de nuestro propio continente. Era un año menor que yo lo cual no se le notaba para nada. Su familia tenía una posición social buena pero consideraba que todos estaban realmente locos por el dinero por lo cual decidió ya hace mucho tiempo vivir por su cuenta. Había ido a la universidad y estudiado dos carreras relacionadas las dos con finanzas y manejo de empresas, no tenía ninguna pero en un futuro esa era su idea. Por mi parte hable sobre lo que el prácticamente me preguntaba, nunca fui buena en contar la 'historia de mi vida'. Le conté sobre mi trabajo, un poco sobre la vida de casados y él realmente estaba sorprendido que estuviera ya diez años con la misma persona, ya que al él por cualquier motivo le costaría. Estuvimos bastante tiempo en el local de comida, después de terminar el almuerzo, él pidió un café y yo un té, por lo cual la conversación continuo, y me sentía bien, totalmente bien hablando con este chico que era un completo extraño para mí.

Luego de pasar casi una tarde con James, el chico extraño que luego de unas cuatro horas -o mas - juntos ya no era tan extraño, tenía que volver a casa. él amablemente se ofreció en ir a dejarme a casa de mis padres, a lo cual me negué. Sería realmente un problema que llegara y vieran que él me fue a dejar a casa.

-espera- sus manos volaron a sus bolsillos y rebusco un segundo allí, luego saco una de sus manos con un lápiz en ella. tomo mi muñeca y escribió, eran números. -como me has dicho que estas solo de vacaciones por aquí y si en algún momento cuando estés de vuelta en NY necesites hablar con alguien, solo llámame, que ha sido un gusto hablar contigo, __________- mire mi muñeca aspirando un bocanada de aire, no sabía si estaba bien todo eso, pero él había logrado de una manera totalmente diferente hacerme sentirme bien por unas horas y dentro de todo, eso lo agradecía.

-lo hare. muchas gracias por acompañarme y...-pausa-...ha sido también un agrado conversar contigo- dije sinceramente, el asintió una sola vez sonriéndome. Detuve un taxi subiéndome enseguida al coche, mire por la ventanilla y antes que partiera alcance a decirle adiós con el puro gesto de mi mano. Él me respondió de la misma forma.

Nuevamente mire mi muñeca y debía anotar el numero por que así se borraría pronto. Rebusque en mi bolso el celular hasta al cansancio y no lo traía. Mire la hora del reloj que el taxi traía...eran ya las seis de la tarde, no faltaba nada para las siete. Y pensé de inmediato en que si Robert ya estaba en casa y yo sin el celular, no se vendría nada bueno.



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