Saturday, July 27, 2013

FanFic Robsten: "PARA SIEMPRE" (Robert Pattinson & Kristen Stewart) - 4to Capitulo.

Hola hermosas!! nuevo capitulo de la fanfic como cada sábado <3 vengo pasando rapidito que tengo que hacer jaja espero que lo disfruten y MILLÓN de gracias por las visitas, de verdad que es importante!! disfruten queridas*-* 

CAPITULO 1

CAPITULO 2
CAPITULO 3


PARA SIEMPRE
CAPITULO 4.



Robert aparcó el coche en el parking privado del hospital, donde nos esperaba María, la recepcionista de mi ginecóloga. La había llamado unos minutos después de que se me pasase el mareo y le conté lo sucedido con los análisis. Ella habló inmediatamente con mi ginecóloga y me dio cita para esa misma mañana. Bajamos del coche y nos acercamos a María.

-Qué alegría volver a veros. –María me abrazó y le estrechó la mano a Robert. La saludamos con la misma efusividad que ella a nosotros. María era una conocida de mi familia y hacía muchos años que manteníamos relación- Así que futuros papás. Felicidades chicos.

-Gracias María. –Contesté encaminándome al ascensor a su lado.
-¿Lo sabe ya tu madre? –Preguntó mientras montábamos en el ascensor de personal y subíamos a la quinta planta.

-No, apenas nos enteramos hace dos días. Queremos que todo vaya bien antes de decir nada. –Me sonrió.
-Soy una tumba. –llegamos a la planta de ginecología. María nos llevó por el pasillo de personal hasta la puerta contigua a la consulta de Ann. –Os está esperando, podéis pasar cuando queráis.
-Gracias por escondernos. –Dijo Rob con un toque de humor- No me apetece enfrentarme a rumores tan pronto.

-Suerte. Nos vemos luego. –Se despidió saliendo por la misma puerta por la que habíamos entrado.
-¿Preparada? –Robert me acercó a él y besó mis labios.

-Ni un poquito… Vamos. –Sonreímos y atravesamos la puerta. Como dijo María, Ann nos esperaba sentada, escribiendo algo en el ordenador.

-¡Buenos días pareja! –Se levantó de su silla, bordeó el escritorio y nos dio un cálido abrazo a cada uno- ¿Qué tal estáis? Poneros cómodos.

-Bien gracias. –Dijimos a la vez. Nos sentamos en los cómodos sillones de cuero y ella volvió a su sitio. Robert empezó a jugar con mi mano. Estaba nervioso.

-Veamos. Kristen, según tu informe te hiciste unas pruebas hace unas semana para ver si la anemia había remitido, como te mandó el médico de cabecera. –Desde hacía unos meses me habían diagnosticado anemia y la achacaban a mi estado en los últimos meses, debido a la falta de cuidado de mi salud, el estrés, los nervios, lo poco que comía y dormía… Había estado siguiendo un tratamiento de hierro y una dieta saludable durante todos esos meses para erradicar la anemia- Que por cierto, algo ha debido de alterarte porque has vuelto a recaer. Bueno, el caso es que en los análisis la hormona HCG ha salido alterada, lo que significa que estás embarazada. La hormona HCG empieza a segregarse a partir del noveno día de gestación y suele aumentar durante todo el embarazo. Normalmente después de los resultados de tu análisis no podemos negar que estás embarazada. –Suspiré y miré a Robert, quien miraba atentamente a Ann.
-Entonces es oficial. –Dije con un noto alegre.

-Es oficial. Vais a ser papás. –Sonreímos los tres- Pasemos a la segunda parte. –Continuó Ann- Kristen, ¿Cuándo ha sido tu último periodo?

Saqué el móvil y miré el calendario. No había tenido la regla en mayo, ni en abril. Retrocedí hasta marzo. Me asusté un poco. ¿Cómo había pasado por alto que mi periodo se había retrasado más de un mes? Las peleas con Rob, los nervios, el trabajo…

-El 24 de marzo…-Musité más para mí misma que para ellos. Estaba mucho más embarazada de lo que pensaba.

-El 24 de marzo…. Estas de unas 8 semanas y media, lo que son unos dos meses, pero ahora lo comprobaremos. –Ann miraba el ordenador y Robert me sonreía. La única conmocionada parecía yo. En mi cabeza imaginaba que a lo sumo estaría de un mes. Pero también es verdad que mis síntomas eran mucho más avanzados- Lo que pone el 29 de diciembre como fecha para el parto. –Di un pequeño saltito en la silla.

-¿Ya-a se puede saber eso? –Pregunté. Ahora Robert parecía estar igual que yo. Demasiada información de golpe. Ya estaba todo planeado. Ala, solo falta decir "El 29 pase por el hospital y listo, tendrá a su bebé", aunque sabía que esa fecha no era segura. El bebé podía adelantarse o atrasarse todo lo que él quisiese.

-Sí, más o menos es la fecha por las que rondará el parto. Tendréis un buen regalo en navidad. –Nos miró divertida- No pongáis esas caras, todavía falta mucho.

-Todo es un poco raro, solo necesitamos tiempo para asimilarlo. –Robert volvía a jugar con mis dedos.
-Tranquilos, suele pasar. Pronto tendréis un mini vampirito con vosotros. –Reímos. Ann escribió algo más en el ordenador- Kristen, si no recuerdo mal, sigues teniendo el Diu puesto. –El tono de Ann cambió a uno más serio.

-Si… A eso quería llegar yo. ¿Cómo es posible que esté embarazada? –Pregunté.
-Bueno, la fiabilidad del DIU de cobre, que es el que tienes tú, es de un 99% pero siempre hay factores. Quitando ese 1% de probabilidad de quedarte embarazada, el Diu puede ser defectuoso o se puede haber movido del lugar donde lo colocamos, permitiendo vía libre a una o las dos trompas de Falopio. Ahora te revisaré y lo comprobaremos.

-Era de esperar. Yo siempre he sido el 1% de todo. No iba a ser ahora menos. –Robert reía y Ann me miraba intrigada- Pertenezco al 1% de actrices que ha sido capaz de tener éxito. También al 1% que siempre tendrá fama. Solo había una posibilidad entre mil de que mi madre se pudiese volver a quedar embarazada, y aquí estoy. Mi historial de 1% es largo. Ahora tengo algo que añadir. –Ahora Ann me miraba graciosa, pero duró poco. Se puso recta en la silla y me miró seriamente.

-No quiero asustaros, pero los embarazos provocados por el DIU son peligrosos. –Mi alegría se esfumó, y la sonrisa de Rob se borró.

-¿A qué te refieres? –Pregunté.

-No os asustéis todavía. –Se acercó a nosotros- El DIU puede provocar embarazos ectópicos. Un embarazo ectópico es una complicación del embarazo en la que el óvulo fertilizado se desarrolla en los tejidos distintos de la pared uterina, ya sea en la trompa de Falopio (lo más frecuente), o en el ovario, o en el canal cervical, o en la cavidad pélvica, o en la abdominal. –Paró un segundo. Nunca había oído hablar de él, y por la cara de Rob el tampoco- El embarazo ectópico se produce por un trastorno en la fisiología de la reproducción humana que lleva a la muerte fetal. Si no se trata adecuadamente, puede poner en peligro la vida de la mujer. Aproximadamente la mitad de los embarazos ectópicos se resuelven sin tratamiento.

-¿Sin tratamiento? –Preguntó Robert.

-Los embarazos ectópicos acaban con la muerte del feto. –Tragué. Yo no quería eso. Crucé los dedos me mi mano libre para que no fuese así. Yo quería a este bebé, quería que naciese. No podía perderlo por un DIU, no me lo perdonaría nunca- Hay dos formas de tratar el aborto. La primera es el tratamiento químico, se lleva a cabo utilizando una droga conocida con el nombre de metotrexate. Esta clase de tratamiento es puesto en práctica para los casos que no revisten urgencia ni gravedad, a fin de poder interrumpir químicamente el embarazo sin dañar las trompas u otros órganos. La segunda es mediante cirugía, usualmente se realiza en los casos en los que el embarazo ya está muy avanzado o cuando existe alguna otra razón médica que indique que es imposible que se someta a un procedimiento químico. La misma podría ser necesaria, especialmente si ocurriera una ruptura de las trompas o si se produjera alguna clase de daño en las mismas. En los casos más severos, la mujer en cuestión podría perder sus trompas y posiblemente su útero si la hemorragia no pudiera ser detenida a tiempo.- Ann alargó su mano y agarró la mía- Tranquilos, no sabemos si es vuestro caso. No os pongáis en lo peor. –Pero eso no sirvió de nada. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas. En ese momento Robert ya estaba a mi lado acariciando mi cara y limpiando mis lágrimas, pero no decía nada. Ann me tendió un pañuelo. Sequé mis lágrimas, aunque más las reemplazaron. Intente decir algo pero no pude. Fue Ann la que habló- Vamos a hacer una cosa. Saltémonos todas las preguntas y el chequeo que te tengo que hacer, dejémoslo para luego. Te voy a hacer el ultrasonido primero, así salimos de dudas y te quedas más tranquila. –Asentí limpiándome las lágrimas. Nos levantamos y fuimos hasta la camilla- Quítate los pantalones y la ropa interior. Túmbate sobre la camilla, pon los pies sobre los estribos y que Robert te tape con la sábana. –Dijo mientras preparaba el ecógrafo y el monitor. Me quité los pantalones, aprovechando para decirle a Rob que me empezaban a apretar y me era un poco incómodo llevarlos -tenía las caderas más anchas-, y las bragas, me acosté en la camilla y subí las piernas a los incómodos estribos. Robert besó mi vientre antes de taparme de cintura para abajo con una sábana. Luego se puso a mi lado y beso mi frente.

-Tranquila, no te pongas en lo peor. –me susurró al oído. Agarre su mano.

-Muy bien. -Ann se sentó a mis pies en taburete- Esto es una sonda. –Nos enseñó la sonda. Era una especie de tubo de plástico alargado enfundado en un preservativo- Como el feto es demasiado pequeño lo veremos mejor con esto, así además podré comprobar el estado del cuello del útero, el lugar de la implantación, su morfología y su tamaño. También podremos escuchar el ritmo cardíaco. –Nos explicó- Kristen cuanto más relajada estés menos incómodo será. Tranquila, no duele. –Respiré hondo y asentí. Noté como introducía la sonde en mi interior. Como había dicho no dolía, solo era un poco molesto- También podremos confirmar si es un embarazo ectópico y que ha pasado con el DIU. –Cerré los ojos mientras la sonda se movía en mi interior. No era doloroso, pero sí bastante molesto.

-¿Te duele? –Me preguntó Robert
-No, solo es un poco molesto.

-¡Aquí está! –Dijo Ann- Chicos, os presento a vuestro bebé. –Abrí los ojos de golpe y miré a la pantalla a la vez que apretaba la mano de Robert- Este es el pequeñín, o la pequeñina. –Señaló al bebé con una flechita. En la pantalla se veía una imagen -como si partieses un cono a la mitad-, todo en distintas tonalidades de gris. Y en la parte de arriba había una bolsita negra y una manchita dentro de ella- este es vuestro bebé. Lo negro es la bolsa amniótica. Ahora nos acercaremos más. Antes tengo que revisar que todo sea correcto.- Miré a Robert que miraba embobado la pantalla. Imité su gesto y me concentré en la manchita en la pantalla. Era tan chiquitita, ¡Y se movía un montón! Sin motivo las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas- El cuello del útero está bien, al igual que este. La implantación está en un lugar seguro y bien agarrada. Tiene el tamaño que le correspondería. Chicos. No hay embarazo ectópico. El bebé está perfectamente sujeto a tu útero. –Sonreí y lloré más todavía, si era posible. Robert me abrazó y besó mis labios castamente. El bebé estaba bien. Mi pequeñín estaba a salvo. No había riesgo de aborto por embarazo ectópico. Sonreí como una tonta- Al estar bien agarrado también se suman puntos a favor contra el aborto. Volvamos a ver al feto y después no encargamos del DIU. –En la pantalla apareció el bebé mucho más cerca que antes. Podía diferenciar las partes de su cuerpecito, aunque sus piernecitas todavía no estaban formadas. Más lágrimas aparecieron y se unieron a las otras. No podía hablar, no tenía palabras. –El feto mide 1.9 cm y pesa un 1.5 gramos, ahora mismo sería como una frambuesa. – Reí. Apretó otro botón y un repetitivo ruido inundó la sala- Este es el latido de su corazón. Es estable y fuerte.
-Es increíble. –Dijo Robert. Le miré. Hasta ahora no me había dado cuenta, pero alguna que otra lágrima traicionera rodaba por sus mejillas. –Limpié sus lágrimas. El bajó la mirada y me regaló la sonrisa más perfecta que había visto nunca.

-El diámetro de la cabeza y el perímetro del cráneo son correctos. Mide y pesa acorde a su tiempo de gestación, la medida de la espina dorsal está bien, la del abdomen igual… -Marco algo en la máquina- Chicos está todo perfecto. El feto está sanote sanote.- Volví a reír esta vez acompañada por Rob- Ves, Kristen, no había nada de qué preocuparse. Ahora solo queda que veamos el DIU. –Movió la sonda. Yo me evadí del mundo y me fui al mío. Empecé a pensar mi bebé. Su pelito rubio, sus ojitos azules, una pequeña naricita, sus pequeñas y regordetas manitas, con sus más pequeños deditos…-El DIU está cerca de la saco amniótico, se ha movido de su lugar. Posiblemente porque se colocó mal o debido a movimientos bruscos pudiendo estar este un poco suelto, es decir, no estaba colocado del todo, por lo que por ejemplo encada penetración podía moverse hasta salirse de su sitio. Llegados a este punto tenemos dos opciones. Extraer o no el DIU.

-¿Qué riesgos hay? –preguntó Robert. Salí de mi burbuja y volví a prestar atención. ¿¡Más riesgos?!
-En caso de no extraer el DIU las posibilidades de que se genere un aborto son del 50%, y en el tercer trimestre el peligro de perder al bebé es 10 veces mayor de lo normal. Por otra parte, la extracción del dispositivo acarrea un 25% de probabilidades de pérdida del feto y en caso de llegar con el embarazo a término, se puede generar un parto prematuro, un bebé de bajo peso o muerte fetal en el útero. –Un silencio sepulcral barrio la sala. Tanto si me quitase le DIU como si no había perder al bebé, pero el riesgo con el Diu puesto era mucho más alto. ¿Qué debía hacer? No quería que el bebé sufriese, y menos perderlo cuando faltase poco para nacer. Había empezado a ver las cosas de color de rosas cuando Ann me confirmó que era un embarazo normal, pero esto piñata negro- Chicos, si se puede retirar el DIU es mucho mejor hacerlo. Hay menor riesgo de aborto, y con toda la tecnología que hay ahora, si es posible extraerlo, cuando llegases al tercer trimestre te monitorearíamos para comprobar que todo estuviese bien en caso de amenaza de parto prematuro o muerte fetal. Pero os puedo asegurar que en el 70% de los casos no ocurre ni lo uno ni lo otro, y hay muy pocos casos en los que muere el feto, ya que suele ser por un inadecuado cuidado y monitoreado.

-Qui-itameló. –Dije no muy decidida. No quería que pasase nada malo. No quería arriesgarme si tenía la posibilidad de quitarlo. Mire a Rob, quien musito un "si". Estaba tan asustado como yo. Teníamos miedo de perder al bebé, ahora que empezaba a significar algo en nuestras vidas y se había ganado un hueco en nuestros corazones.

-Lo intentaré, pero no prometo nada. El DIU está cerca del saco amniótico. –Volvió a apretar varios botones y sacó la sonda de mi interior colocándola sobre una bandeja. Me abrió un poco más las piernas y me tumbó completamente el respaldo de la camilla. Vi como acercaba una bandeja llena de aparatos de los que desconocía el nombre y utilidad, y que tampoco iba a quitarme el sueño no saberlo. Dejé de mirar cuando agarró uno de ellos. Me concentré en la cara de Robert que miraba muy concentrado a Ann. Noté como algo se abría paso en mi interior. Era muy incómodo pero no llegaba a doler- No puedes moverte hasta que yo te diga, ¿Vale? –Asentí- Sé que duele un poco pero es muy importante que no te muevas. El Diu está muy cerca del saco y si no tenemos cuidado podía dañarlo o provocar un aborto. –El miedo recorrió mi sistema en un segundo. Era tal, el miedo que sentía que ni pestañeaba, hasta aguanté la respiración. Apreté fuerte la mano de Robert y cerré los ojos con fuerza cuando un latigazo de dolor recorrió mi vagina y útero- Respira hondo, te ayudará con el dolor. –Escuché a Ann hablar
.
-Tranquila, tú puedes. –Rob susurraba en mi oído y repartía besitos por mi rostro.
.Los minutos se me hicieron eternos. Ya no sabía cuántas veces había respirado hondo. Sentía diferentes cosas moverse en mi interior, pero no sabía lo que eran. Toda clase de pensamientos cruzaron mi mente, tanto buenos como malos. Estaba empezando a desesperarme. El riesgo de aborto me aterraba y no movía ni un dedo. Estaba muy asustada, casi ni me importaba el dolor con tal de que todo saliese bien.
-Un poco más… -Escuché a Ann hablar y noté un brusco movimiento, preparándome para el dolo mordí mi labio, pero nunca llegó- ¡Listo! He sacado el DIU. –Abrí los ojos y con cuidado me levanté un poco, lo suficiente para ver la "T" de cobre que era el DIU sobre una bandeja. Suspiré y aflojé el agarre de Robert. Me ayudó a incorporarme un poco más y Ann levantó el respaldo de la camilla, ahora estaba semi acostada- Necesito que estés quieta y tranquila durante unos veinte minutos. Al sacar el DIU ha sido inevitable rozar el saco amniótico y no estoy segura de haber causado algún daño.
-¿Qué? ¿Qué significa eso? –Me senté bruscamente en la camilla. ¿No era que ahora todo estaba bien? Empecé a ponerme nerviosa- ¿Voy a perder al bebé? ¿Qué daños puede sufrir?

-Kristen, tranquilízate. Ahora mismo tú eres mala para el feto. Si no estás tranquila puede haber riesgo de aborto. – Ann se acercó a mí. Robert con su característico cuidado me recostó en la camilla. –Te acabo de quitar un DIU, aunque no te hubiese rozado habría riesgo de aborto. Relájate y te lo explicaré todo. -Me tendió un vaso de agua. Gustosa de agua para ayudar a tragar el nudo de mi garganta me bebí el contenido del vaso. Robert empezó a acariciarme la cabeza. No aparté mis ojos de Ann, que apuntaba cosas en mi historial.

Varios minutos después me había calmado lo suficiente como para poder decir algo coherente.
-Perdón por alterarme, pero… -Empecé

-Shhhh –Ann me calló- Tranquila, soy madre, te entiendo. ¿Estás más relajada?
-Sí.

-Muy bien. Ahora os explicaré lo que intenté explicaros antes. –Se sentó otra vez en la banqueta entre mis piernas, pero esta vez nos miraba- Cuando quitas pones un DIU tu útero cambia, se adapta al anticonceptivo, por eso, cuando te lo quitas los primeros días tienes molestias, porque el útero tiene que volver a cambiar y adaptarse otra vez. Cuando se cumple el 1% del probabilidad de quedarte embarazada con el DIU hay peligro, ya os lo he explicado, como también os he dicho que aun sacándolo hay un 25% de probabilidades de abortar. Bueno, pues esa probabilidad de abortar es porque el DIU puede haber impedido que el feto se anclase bien al útero, porque el DIU ha dañado el saco amniótico o porque el DIU ha sido el culpable de malformaciones en el útero durante el cambio para prepararse para el embarazo. ¿Me seguís? –Asentimos con la cabeza- En vuestro caso, el DIU no ha impedido que el feto se agarre al útero y de momento no se han formado malformaciones. He rozado un poco el saco al sacarlo pero con un poquito de reposo un par de días no creo que pase nada. Entonces solo nos queda ver cómo avanza el embarazo sin el DIU, a la espera de que no salgan malformaciones, que podrían ser perjudiciales. De momento voy a revisarte, a hacerte un tacto vaginal y a volver a ver al feto con el ultrasonido para ver si ha variado algo. Si no es así podremos seguir con la revisión. –Volvimos a asentir con la cabeza, demasiado nerviosos para decir algo. Esta vez Rob fue el que buscó mi mano. Llevé nuestras manos unidas hasta mis labios y las besé. Ann realizó el tacto vaginal y revisó mi vientre palpando mi monte de venus y alrededores en busca de dolor o malestar. Nada pareció fuera de lo normal y no sentí ningún dolor. Volvió a introducirme la sonda y volvimos a ver al ratoncito o ratoncita que había en mi interior. Volvimos a escuchar su corazón latir y vimos cómo se movía. No había nada fuera de lo normal, los latidos era iguales que los de antes y no había daños. Ann volvió a tocar botones de la máquina y vimos al bebé un poco más de cerca, apreciando sus ojitos cerrados, su pequeña naricita y una preciosa sonrisa. ¡Parecía que sabía que lo estábamos viendo! Era perfecto. Mi corazón se hinchó de alegría y volví a llorar. Era la cosa más maravillosa que había visto antes. El bebé movió su bracito cuando Ann dijo que nos despidiésemos del él. Eso me hizo llorar más todavía. Sabía que solo era una casualidad, pero el infierno que había pasado me hacía aferrarme a ese gesto con toda mi vida. Con lágrimas en los ojos miré a Robert que también lloraba.
-Nuestro bebé. -Musitó antes de besar mis labios. Le abracé fuerte mientas Ann me quitaba la sonda y apagaba el monitor.

-Kris, puedes vestirte. No hagas movimientos bruscos y recuerda que te acabo de quitar el DIU eso puede ocasionarte un poco de dolor, como una punzada, pero pasará rápido. También puedes estar un poco incómoda o sentir unas leves molestias en las trompas de Falopio. No te asustes. –Con cuidado Robert me ayudó a vestirme y nos sentamos frente al escritorio. El dolor que describió Ann apareció cuando me senté, y desapareció tan rápido como llegó. No sentí más dolor pero sí estaba incómoda. Puse una mueca de desagrado- ¿Molestias? –Preguntó.

-No, solo estoy incómoda. –Robert volvió a agarrar mi mano y esta vez fue el quien la besó. Ann nos entregó un sobre.

-Son las fotos de las ecografías y el sonido del latido del corazón. Después de todo lo que habéis pasado hoy os lo merecéis. –Agarré el sobre con fuerza, pero no lo abrí, preferí reservarlo para un momento más íntimo.

-Gracias Ann. –Dijo Robert sonriendo.
-De nada papás…Muy bien. Nos queda pesarte, medir tu tensión y ritmo cardiaco, pero antes os tengo que hacer una serie de preguntas. –volvimos a asentir- Ya se todo sobre tu ciclo menstrual, antiguas enfermedades…-Dijo leyendo un papel- Muy bien… ¿Sois sexualmente activos? Si es así ¿Cada cuánto mantenéis relaciones sexuales? –Robert habló antes que yo.

-Si somos sexualmente activos… Mmm… ¿De media? Hasta hace unas semanas una vez al día, ya sabes nuestra historia, Kristen me contó que cuando vino a hablar contigo para ponerse el DIU te contó todo y pidió consejo. Desde el día 12 somos conejos…-Se ruborizó un poco al decir eso último. Era verdad que le había contado todo a Ann cuando le pedí que me pusiese el DIU, ella fue un gran apoyo.
-Vale. Esto os va a doler… Pero se acabó el sexo hasta la semana que viene cuando vengáis a revisión, entonces os diré si podéis mantener relaciones. –Ann lo anotó todo. Robert se quejó en voz alta, yo gruñí y ambos pusimos cara de niños pequeños- Alegrar esa cara, que no os vais a morir y hacemos esto por el bien del feto. Kristen, ¿Fumas, bebes o eres adicta a alguna sustancia, ya sea cafeína como otro producto?
-No, desde hace unos meses, también he dejado el cigarro electrónico, hace semanas que no bebo ni gota de alcohol, no soy adicta a nada. Aunque sí que bebo grandes cantidades de café cuando estoy de rodaje, pero no soy adicta a él.

-Vale…-Volvió a apuntar- Se acabó el beber y fumar, y esto último tanto a ti como a los que están a tu alrededor. Y nada de café o cualquier cosa que lleve demasiada cafeína, o taurina o cualquier bebida energética.

-¿Coca-Cola? –Pregunté.

-Eso sí, pero tampoco demasiado de golpe. No queremos un pequeño hiperactivo. –Cambió de hoja y siguió con las preguntas- ¿Haces deporte, alguna dieta o tomas medicamentos?
-Siempre estoy en movimiento, odio las dietas pero como sano y solo estoy tomando el hierro para la anemia y de vez en cuando Dolo voltaren o Naproxeno para los dolores.
-Vale… Puedes seguir haciendo ejercicio, pero nada que requiera una gran cantidad de esfuerzo. Y de momento solo te voy a dejar dar paseos, subir y bajar escaleras, ¡Con cuidado! Y nadar un poco. Tampoco puedes levantar o cargar cosas pesadas y hacer movimientos bruscos o raros.
-Todo sea por el bebé. –Dije enfurruñada. Me quitaba el sexo y ahora iba a tener a todo el Hobo, incluido Robert, sin dejarme dar un paso.

-Si hace falta átala a la cama. –Ann se reía.
-Tranquila, lo acabaré haciendo. –Robert se unió a las risas. Bufé.

-Robert, tampoco tienes que pasarte ehh, que nos conocemos. Kristen está embarazada, no inválida. ES bueno que la tengas vigilada y que no haga nada de lo que la he prohibido, pero darle su espacio. Aunque esta semana tenga un poco de riesgo y sea más fácil abortar en el primer trimestre no la agobiéis y dejar que haga vida normal. ¿Entendido? –Sonreí a eso.

-Entendido. –Robert seguía sonriendo. Sabía que no me iba a dejar hacer nada.
-Verás que siete meses…-Dije.

-Me compadezco de ti. –Ann volvió a escribir algo- ¿Enfermedades en la familia, operaciones o cualquier cosa importante?

-Por mi parte estamos limpios. –Dije
-A mi madre le han detectado fibrosis quística hace un año. Pero de momento ya está en tratamiento y no corre peligro. Por lo demás también estamos limpios. –Dijo Robert sin emoción ninguna.
-Vale… necesito que me traigas su expediente más adelante. ¿Sabes de alguien más que la tuviese en tu familia? –Preguntó.
-Mi bisabuela también tenía, pero también se la diagnosticaron cuando pasó de los 50 y murió por causas naturales. Pero que yo sepa nadie más de la familia.
.Mmm… Llegado a su momento haremos diferente pruebas de enfermedades genéticas. Pero para eso todavía falta mucho. –Terminó de apuntar y se levantó- De momento no tengo más que preguntar. En tus análisis de sangre ya he revisado lo que necesitaba así que no necesitas hacerte otros de momento. Hora de pesarte.


.Ann me pesó. Pesaba 49 Kg, 6 menos de lo recomendable, pero no era mi culpa haber entrado casi en una depresión. Me regañó por ello y me explicó que en los primeros meses podría perder peso por los vómitos y las pocas ganas de comer, pero que a partir del cuarto mes empezaría a subir de peso. Me dio algunos consejos para la alimentación y me explicó que todavía no se me notaba el vientre porque mi constitución era delgada, pero que no tardaría en aparecer. Por mi constitución, altura y peso debería de engordar un máximo de 13 kilos durante los 7 meses que me quedaban. Mi tensión era correcta y mi ritmo cardiaco igual. Me hizo algunas preguntas más mientras me terminaba de revisar y me prohibió algunas otras cosas. Cuando llegamos a los pechos le pregunté si era normal que hubiese aumentado casi una talla de sujetador. Me comento que cada mujer era diferente, pero que la hormona HCG había tenido una gran subida, lo que provocaba el adelanto de algunos síntomas del embarazo. También pregunté porque no vomitaba casi nada, por decir nada. Me explicó que al igual que pasaba con los pechos cada mujer era diferente, y cada una tenía náuseas y vómitos en diferente época. Y que puede que no tuviese, o que apareciesen en pocos días. Terminamos la revisión para cuando el reloj marco poco más de las dos. Llevábamos más de una hora dentro de la consulta.

-Muy bien… Ya casi hemos acabado. –Nos volvimos a sentar- Te vas a sentir cansada, es normal. Quiero por favor que esta semana tengas especial cuidado Kristen, guarda reposo dos o tres días…-Miró a Robert y le amenazó con el dedo- Eso no quiere decir que no se pueda mover de la cama. Reposo significa que no haga esfuerzos, evite caminar demasiado y estar mucho tiempo de pie. Puede estar perfectamente sentada en la cocina cocinando algo, tumbada en el sofá o caminar un poco. Robert no la lleves en palmitas. –Me miró- Y Kris, ya sé que eres muy cabezona, pero déjate cuidar estos días y estate relajada. Lo último que necesitamos es que te enfades, te pongas nervios o te agobies. Si sangras o sientes algún dolor fuera de lo normal o de los que te he explicado antes venís corriendo. –Nos entregó unas hojas con información sobre el embarazo, la comida, los hábitos saludables… y varias recetas de suplementos para cuidar el crecimiento del bebé y la salud de la madre- Y, ya se me olvidaba. Sigues teniendo anemia, lo que es un indicio para cuidarte más, sigue el mismo tratamiento que te mandaron, come una gran cantidad de comida alta en hierro y si te sientes demasiado cansada y sin ánimos o fuerzas ven al hospital, puede que necesites una transfusión o una subida de hierro. Ya sabes que la anemia va en contra en el embarazo y que te va a hacer sentirte un poco más cansada y con poco humor. Creo que ya lo he dicho todo, chicos… Felicidades, os vais a adentrar en la mejor etapa de vuestra vida y cuidaros mucho. –Nos levantamos los tres- Robert, que no se agobie, intenta que esté fuera de las cámaras unos días, va a ser lo mejor. Y Kristen, si te encuentras a los ppz o alguien te agobia no pierdas la calma. Y nada de trabajar. Tu embarazo no es normal, tiene algo de riesgo, así que olvídate de grabar Stew, que nos conocemos. Ahora no solo eres tú. Nos vemos el miércoles de la semana que viene a la misma hora. Venir corriendo si te encuentras mal. –Nos despedimos de Ann y volvimos al coche por el mismo camino de antes, esta vez solos –Ann había avisado que íbamos a volver por ahí-. Me acomodé en el asiento del pasajero. Seguía estando incómoda y el dolor punzante de antes ahora eran molestias.

.-¿Qué hacemos en casa de Scout? –Pregunté. Había estado distraída en mis pensamientos y no me había dado cuenta a donde nos dirigíamos hasta que estuvimos en la puerta.

-Vamos a recoger tus cosas y a nuestros niños. Hablé esta mañana con Scout. –Robert sacó la llave del contacto y salió del coche. Agarré el sobre con las ecografías y salí del coche. Seguro que a Scout le gustaría verlas.

-¿Saben que hemos ido al ginecólogo? –Pregunté.
-No -Me acerqué a Rob, quién besó castamente mis labios justo en el momento en que un flash nos deslumbró. Un par de ppz nos sacaba fotos a menos de dos metros de distancia y empezaban a lanzar preguntas. Venga ya, habíamos conseguido burlar a los que estaban en la puerta de nuestra casa y no nos habíamos dado cuenta de que había ppz por esta zona. Por una vez les tuve miedo, no a ellos, sino a las fotos. ¿Y si notaban que estaba embarazada? ¿Y si se daban cuenta? ¿Qué iba a pasar entonces? La mano en la que llevaba el sobre tembló, haciendo que este cayese al suelo. Robert en un visto y no visto lo recogió y besó mi frente, sin importarle los ppz.

-Tranquila. -Sin mirarles agarró mi mano y tiró de mí en dirección a la casa. Di las gracias a Ann por haber metido las fotos en un sobre sin ningún grabado, las Robsteners eran capaces de examinar las fotos al detalle, bueno, estaba al 100% segura de que lo harían. Los ppz siguieron haciéndonos fotos pegados a la valla de la casa. Rob no tuvo que llamar a la puerta, esta se abrió antes de que llegásemos, mostrando a una enfadada Suzie. Entramos sin decir nada. Robert me arrastró por todo la casa vacía hasta la parte trasera, donde se encontraba el jardín. Su venía detrás nuestra farfullando cosas ininteligibles después de haber cerrado de un portazo. Antes de salir al jardín Rob se paró y buscó mis ojos.
-¿Estás bien? –Preguntó acariciando mi cara.

-Sí, no te preocupes. –Besó mis labios y tiró de mí fuera de la casa. Enseguida nuestros niños corrieron a nosotros y empezaron a saltar a nuestro alrededor, poniéndose de pie y chupándonos las manos. Bear se restregó en mis piernas y lamió mis manos mientras Bernie se ponía de pie contra Rob. Me agaché a la altura de Bear y empecé a acariciarle la cabeza y el lomo- ¿Has echado de menos a mami? ¿Sí? ¡Verdad que sí! –Hablaba en un estúpido tono infantil. Bear me respondía ladrando y moviendo el rabo.
-¡Bear! –Rob le llamó y este corriendo se levantó para ir a su encuentro. Bernie vino a mí. Juguetona se puso boca arriba con la lengua por fuera. La rasqué la panza como tanto le gustaba.
-¡Y mi otro amor! ¡Cosita guapa! –Acaricié su hocico y la achuché. Se Sentó frente a mí y me tendió una de sus patitas- Encantada de volver a verte. –Reí y agarré su pata. Segundos después Bear volvía a estar a mí alrededor, demandando mi atención. Se metió entre mis bazos y restregó su cabeza en mi cuello- Ais mis niños.

-Anda dejar a mamá. –Robert me ayudó a levantarme del suelo. Bear y Bernie salieron corriendo uno detrás de otro por todo el jardín. Rob rodeó mi cintura con su brazo y me condujo a la piscina, donde alrededor estaban algunos de nuestros amigos, Scout, CJ, Tamra, Tom, Marcus, Jack, Alicia y Suzie –que se acababa de sentar-, distribuidos en toallas y tumbonas. Les saludamos y nos acoplamos en la única tumbona libre. Me acurruque entre las piernas de Rob. El me tendió el sobre.
-Os tenemos que enseñar una cosa…-Dije.

-¿Qué es? ¿Dinero? ¿Un contrato? ¿Fotos? ¿Una orden de alejamiento para los ppz? –La impaciente de Scout se levantó de su toalla y se acercó a nosotros.

-Míralo tú. – le tendí el sobre. Robert se reía detrás de mí. Scout lo cogió y abrió. Metió la mano con los ojos cerrados y sacó una de las fotos. Abrió los ojos y la miro. Miró y miró… Y miró. Y todos la mirábamos.

-Pues no lo entiendo. –Farfulló. Acompañé a Robert riendo. Scout le pasó la foto a CJ y Marcus. Le dieron unas cuantas de vueltas hasta que se dieron por vencidos y le pasaron a Tom.
-¿Nos podéis explicar qué es? –Marcus me miró.

-¡Seréis burros! –Tom se levantó de su tumbona sonriendo como un tonto- ¡Es una ecografía! –Solo le hizo falta decir eso para que Scout sacase un montoncito de fotos del sobre y se tirase al suelo a mirarlas mientras gritaba emocionada. Los demás se acercaron a ella y empezaron a mirar fotos mientras reían, gritaban y sonreían como tontos.

En esos momentos, viendo a mis amigos felices y estando al lado de la persona a la que amaba me sentía completa. Robert llevó una mano a mi vientre y la dejó ahí.
Me sentía muy completa.

***

Aquí tenéis otro capítulo. Espero que os guste, dejar reviwes para saber que os parece (en fanfiction, twitter o el blog) y si queréis que ocurra algo en especial. Gracias por leer, me encantan vuestras palabras me hacen seguir adelante con más optimismo.

No se cuando subiré otro capítulo, estoy de vacaciones en Málaga y no he escrito nada ni podré escribir durante unos días. Espero que antes de que acabe julio pueda subir algo, aunque sea cortito, si no prometo recompensaros. De todas formas por twitter , _TwilightFacts_, iré informando y pasando adelantos.

Ahh, y gracias a mi Beta, Liah por ayudarme y darme ideas, y a Ani por hacer que mi fic llegue a más personas y hacer mis sueños realidad.
Gracias por todo.
Aroa

No comments:

Post a Comment