Tuesday, February 05, 2013

FanFic: "EVERY BREATH YOU TAKE OF ME" (Robert Pattinson & Tú) - 16to Capitulo.

HOLA BELLAS <3 como lo prometido es deuda les traigo nuevo "wow" capitulo de la fanfic jaja espero que este les guste ya que se viene bien cargado (6) gracias nuevamente por todos sus comentarios vía twitter & por las visitas que les han dado a fanfic(: nos vemos pronto, las adoro<3

ANI :)

SUMARIO


EVERY BREATH YOU TAKE OF ME
CAPITULO 16.


Mis ojos pesaban por lo que los abrí lentamente, mi mirada estaba un poco nebulosa, lleve mi mano a mis ojos y los refregué, estaba en casa. 

-claro, no hay problema, mañana a primera hora hablare con él para ajustar todo ese asunto…-escuché la voz de Robert, levante la mirada encontrando a mi hombre caminando de un lado a otro del cuarto, una de sus manos sujetaba el celular a su oreja y la otra estaba sobre su frente. Su torso y sus brazos resaltaban exquisitamente en esa musculosa blanca mientras de sus caderas caían perfectamente unos pantalones de tela azul. Mordí mi labio inferior analizando y examinando su cuerpo. 

-¿te encuentras bien?- su voz sonó suave y tranquila. Mi mirada voló enseguida a la suya, trague con algo de dificultad. 

-si- suspire, llene mis pulmones de aire limpio. Ese efecto de parar mi respiración solo lo producía el, nadie mas que el. Avanzo hasta la cama sentándose en el borde de ella, su brazo se estiro hasta que su mano toco una de mis piernas acariciándola, arriba, abajo 

-luces agotada- soltó con su mirada en mis piernas 

-me siento un poco agotada- dije mirada fija en el. Amaba realmente cada detalle de el. Su rostro, me fascinaba, tan perfectamente formado, lucia fuerte y saludable, encantador. Echo su cabeza hacia delante y en un movimiento rápido hacia al lado y luego hacia atrás, su mano se poso debajo de su nuca soltando un pequeño gemido. Rápidamente me acerque a su cuerpo, detrás de el. Posee con cuidado mis manos sobre sus hombros y luego poco a poco, despacio, las subí hasta su cuello. Masajee con delicadeza pero con un apretón profundo cada cierto tiempo. De sus labios escapaban pequeños gemidos, moje mis labios y sin resistir más deposite un corto beso en su cuello. Note como los músculos de su rostro se tensaron en una sonrisa. Volví a hacerlo y esta vez sus hombros se desentensaron. Mis manos seguían en su cuello tratando de aliviar un poco su dolor. Quería tocar su cuerpo, tocar todo su cuerpo si fuera posible, lo quería a el. 

Deslice con lentitud una de mis manos por su torso al tiempo que seguía depositando pequeños besos donde fuera posible. Moví mi mano por su torso acariciándolo completamente, lento. Robert echo su cabeza hacia atrás relajado, acerque mis labios a su oreja mordiendo el lóbulo de esta fuerte, el gruño. Saque mi mano de su torso, llevándola al costado de su cuerpo, baje mi mano hasta su pantalón, a esa zona que era mi preferida. Rápidamente introduje la mano dentro acariciando, su cuerpo se tenso, su mandíbula se apretó y sus labios con furia atraparon los míos al tiempo que una de sus manos acompañaba a la mía dentro de su pantalón, apretaba su mano sobre la mía y la movía al ritmo de su ya agitada respiración. Mordió mi lengua con sus dientes desencadenando una descarga de excitación que se fue directo al centro de mi vientre. La erección de su pe*e crecía en mi mano y la necesidad de tenerlo dentro estaba en mis poros. Saco su mano de donde acompañaba la mía. En un hábil movimiento se arrodillo conmigo sobre la cama, apretó mi cuerpo al suyo haciendo así que su erección chocara contra mi vientre, solté un gemido capturando enseguida sus labios. Empuje mis manos a su torso y su cuerpo cayó de espaldas sobre la cama al segundo me puso sobre el, sintiendo su dura erección en mi sexo. Levanto sus caderas con maldad y la sensación que producía solo sentirlo de esta manera era totalmente placentero. Tiro el vestido de mi cuerpo y se ocupo de mi ropa interior en un segundo. Estaba desnuda sobre el y su máxima y pura erección. 

Me sentía segura, cómoda y totalmente caliente con la mirada de mi marido sobre mí. Su mirada lujuriosa recorrió mi cuerpo unos minutos, su erección chocaba en mi sexo y yo estaba echa un horno. El mismo saco su musculosa tirándola por la habitación. Su cuerpo estaba sobre mi sujetado por uno de sus brazos, termino por desnudar su cuerpo con rapidez. Su mirada en la mía y la mía en la suya. La conexión no se rompió en ningún momento. Acerco su rostro al mío aun mirándome, no aparte o cerré la mirada, seguí con el. Sus labios rozaron los míos, como abajo su miembro hacia lo mismo contra mi sexo, no lo soporte y cerré los ojos y mis manos se aferraron a su espalda, a todo su cuerpo. 

Tomo una de mis manos con la suya y la llevo a mi lugar preferido, su miembro. Acomodo mi mano alrededor de su pe*e con facilidad, apreté y el gruño. Le mire y sonrisa torcida con ojos verdes oscuros iluminaban su rostro. 

-quiero que lo hagas…toca, siente y mete, _________- hablo despacio con voz algo ruda y rasposa. Todo mi cuerpo reacciono, mi corazón se acelero, me respiración se detuvo y todos mis sentidos enloquecieron. Moje mis labios despacio enseguida mordí mi labio al tiempo que movía su miembro hacia mi entrada, despacio, nuestras miradas eran una y su expresión era fantástica. Juegue con la punta de su miembro en mi entrada perdiéndome poco a poco a mi misma en este increíble y más que satisfactorio juego. Levante mis caderas al tiempo que el bajo las suyas saque mi mano y su penetración profunda, dura y fuerte hizo que gritara. 

Saco su miembro, ni respirar necesite y ya había vuelto a introducirlo dentro de mi. Moví mis caderas encontrando la comodidad exacta para ambos. Sus fuertes brazos yacían en cada extremo de mí, sujetando su cuerpo, lleve mis manos a sus brazos acariciándolos y sintiendo la fuerza y el calor de ellos. Aferre una de mis manos a su espalda, tocando y acariciando. Tomo una de mis piernas llevándola sobre su cadera y su penetración se hizo más profunda que antes, mucho más. Cerré mis ojos al tiempo que soltaba un pequeño gemido, mordí mi labio inferior dirigiendo mi mirada hacia abajo, donde estábamos unidos. Sus caderas comenzaron su placentero e exquisito movimiento, arriba y abajo, profundo y lento, caliente. Sus finos labios capturaron mi cuello besándolo, lamiéndolo. Su lengua húmeda recorrió cada rincón de mi cuello, sentía que quemaba que cada toque de el quemaba y eso era maravilloso, totalmente fascinante. 

-mas rápido…-pedí en un susurro, su oscura mirada se poso en mi regalándome una matadora sonrisa torcida. Salió de mí. Regañe entre dientes, no fue lo que pedí. Una tonta sonrisa juguetona estaba dibujada en su rostro, es esos exquisitos labios. Se levanto rápidamente de la cama, estiro su mano hacia mí, vacile un segundo sin entender accediendo a su petición enseguida. Camino lejos de mí sentándose nuevamente en la cama esta vez en la orilla contraria. Excelente! Estaba totalmente mojada, caliente y excitada parada en medio de la pieza por que al estúpido de mi marido se le a ocurrido no se que. 

Su dedo en el aire me llamo, avance hacia el. Parada frente el nuevamente su mirada me analizo de arriba abajo. Miro mi rostro y sonrió 

-amo realmente cuando te sonrojas- sus manos volaron a mi cuerpo y comenzó a tocarme. Paso por mi vientre, por mis costados hasta bajar a mis piernas, hizo una línea imaginaria sobre mi sexo con uno de sus dedos y luego subió hasta mis senos, los toco y masajeo con sus dos tibias manos, estiro y pellizco mis pezones endureciéndolos aun mas, y si estaba mojada y caliente, ahora lo estaba mucho mas. Una de sus manos subió hasta mi boca, uno de sus dedos acaricio mis labios, primero arriba y luego abajo. Saque mi lengua y la roce contra sus dedo, el inmediatamente metió su dedo dentro de mi boca, dejándolo solo hay sin hacer nada. Apreté mis dientes alrededor de el haciendo que su rostro se tensara solo un momento. Chupe su dedo unos segundos, sin quitar mirada de sus rostro. Rostro tenso, labios completamente rojos y ojos cerrados estaban disfrutando de ese pequeño tonto pero excitante momento. En venganza por haberme sacado el maravilloso momento de tenerlo dentro hace unos minutos, como estaba con sus ojos cerrados acerque lentamente mi pierna hacia su entrepierna, al tiempo que mordía nuevamente su dedo dentro de mi boca y mi hombre me regala un fabuloso gruñido, roce arriba y abajo mi pierna contra su miembro. Ojos verdes oscuros enseguida se abrieron sobre mí sacando su dedo de mi boca, levante una de mis cejas sin dejar ese juguetón movimiento contra su miembro. Agacho su mirada, su mandíbula se tenso y pequeños gemidos salieron de sus labios. 

Aparto mi pierna de su miembro rápidamente, tomo mis caderas dándome vuelta, encontrándome con el espejo de cuerpo entero enfrente de mí, recordando enseguida nuestro placentero encuentro en el baño de mis padres. Mi vientre se contrajo y dentro todo nuevamente comenzó arder. 

-Cierra los ojos un instante- obedecí enseguida. Sus manos se posaron y tomaron mi cintura, lentamente me acerco a el. Su respiración chocaba en mi espalda, en medio de esta. Poso su frente en ella y luego sus labios, estos recorrieron mi espalda y su lengua le acompañaba en algunos momentos, era un cosquilleo totalmente placentero, que ardía abajo, en el centro de mi vientre. 

-Ahora abre los ojos, ____________- al abrirlos enseguida me encontré a mi misma reflejada en el espejo algo sudada y totalmente colorada. Aferro nuevamente sus manos a mi cintura, su rostro también era visible en el espejo. –Quiero que te observes, ___________. No quiero que cierres los ojos, solo quiero que me digas cuando quieras que me detenga...cuando te duela- y comprendí enseguida lo que haría. Asentí ante sus rápidas instrucciones. Acerco mucho mas mi cuerpo al suyo separo sus piernas y me puso entre medio de ellas. Posee mis manos sobre sus piernas al tiempo que sus brazos se enrollaban en mi cintura. 

-Baja despacio- susurro, lo hice. Sus manos en mi cintura me detuvieron y el continuo. La punta de su miembro entro lentamente, dolor. Mire de lado hacia atrás, a su rostro y luego abajo 

-al espejo, __________-murmuro, mire nuevamente enfrente, vi su rostro en el y el mío. Empujo mis caderas hacia abajo y penetro de una sola vez, grite y su gruñido me acompaño. Cerré los ojos 

-Mantén los ojos abierto, mírate…-soltó, abrí los ojos enseguida a su reto. Movió sus caderas y el dolor era tan fuerte que en cualquier segundo le decía que nos detuviéramos. Acomode mi cuerpo sobre el suyo el movimiento hizo que su pe*e penetrara mas y mas dolor apareciera. Moví mis caderas también, al movimiento de las suyas. Era extraño vernos, no lo se, como una autentica película porno o algo así. Su mirada estaba sobre mí, mirándome en el espejo. Presione mis manos contra sus piernas y arquee mi espalda, el placer estaba desplazando a ese dolor infernal poco a poco. Su movimiento de caderas era perfecto por cualquier parte que el quisiera. Una de sus manos voló a mi sexo e introdujo uno de sus dedos, arquee nuevamente mi espalda contra su torso, sus labios mordían y besaban mi espalda, cuello y oreja al tiempo que su penetración era mas rápida lo cual se volvía cada vez mas placentero. Cerré los ojos sin poder soportar mas, sentía que me vendría en cualquier momento 

-eres tan maravillosa de observar- sus palabras entrecortadas hicieron que sonriera, y necesitaba sus labios en ese momento, iba a girar mi rostro pero en un movimiento rápido Robert cambio de posición, me tendió sobre la cama boca a bajo y el parado detrás de mi, comenzó con su penetración rápida y profunda enseguida. Apreté mis manos contra las sabanas. Sus gemidos acompañados de los míos inundaron la pieza en un instante. Mire sobre mi hombre y vi a mi hombre completamente excitado, caliente y todo cuerpo tenso. Sus manos aun sujetaban con fuerza mis caderas y su mandíbula totalmente apretada hacían vista completamente excitante. Mi garganta se apretó aferrando un grito, abrí los ojos y estaba su mirada en la mía, su penetración dura y profunda acompaño nuestro esperado orgasmo desasiéndonos a ambos uno sobre el otro. 

Nos acostamos uno al lado de otro totalmente exhaustos, mi respiración alocada subía y bajaba mi pecho. Mire hacia el aun costado de mi, ojos cerrados y su pecho en un subí y abaja eran parte de el ahora mismo. Me recosté de lado, mi cuerpo estaba un poco adolorido y de pronto me sentí totalmente cansada, agotada. 

-¿te encuentras bien?- mire hacia el, hacia arriba. 

-bien- analice sus bellos ojos por un segundo, era una mirada tan encantadora. 

-¿adolorida?- moví un cuerpo un poco, apretando mi entre pierna. Si, lo estaba. 

-un poco- sonrió en una fabulosa media sonrisa, quedo observándome paciente 

-¿Qué?- pregunte, suspiro y no respondí en seguida, su mirada voló al techo 

-tengo miedo, _________-soltó. Me sorprendí un poco sin duda ¿miedo? ¿De que? 

-¿Qué pasa?- pregunte nuevamente 

-¿me has perdonado, __________?- respondió con una pregunta. Odiaba eso. Su mirada bajo hacia mi, sus ojos se nublaron de pronto y mi garganta se anudo. 

-solo necesito escuchar tu respuesta, sea si o no, solo dímelo- una gota de desesperación cruzo su mirada reemplazada enseguida por lo que el había dicho segundos antes, miedo. 

-si te he perdonado, Robert- susurre- te he amado siempre y te amare toda mi vida- ahora me observaba con algo de adoración y su sonrisa de felicidad se reflejo en mi rostro. Tomo mi mentón con uno de sus dedos y me acerco a el 

-siempre serás mía, __________- murmuro con delicadeza y amor, amor había en sus palabras y yo estaba totalmente envuelta en el. Le sonreí al tiempo que acercaba mi rostro al suyo, sus labios se acomodaron sobre los míos perfectamente, su toco suave, delicado y tierno me lleno completamente de felicidad y de una tranquilidad inmensa. Nos separamos y lleve rostro hasta su torso, descansando ahí unos minutos, el comenzó a acariciar mi cabello entrelazando sus dedos en el. La noche llego y avanzo entre una interminable conversación. Ese momento había sido transformado en los de antes, donde nuestras palabras salían y nos daban a conocer algo nuevo del otro por más pequeño que fuera. Estamos comenzando nuevamente hacer lo que éramos, lo que estábamos a punto de perder pero que ninguno quería perder, al otro.

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