Hola hermosas(: estoy acá nuevamente como cada martes y primero que nada quiero comentarles que como se habrán dado cuenta subí el domingo capitulo, cuando solo los martes & jueves subía pero bueno he estado pensando y creo que dos días es muy poco así que le sumamos otro día que sera el domingo(: espero que eso les parezca & que el capitulo de hoy les guste y los disfruten. Gracias nuevamente por su apoyo, comentarios y por leer la fanfic, nos vemos pronto, las adoro<33
ANI :)
SUMARIO
***
EVERY BREATH YOU TAKE OF ME
CAPITULO 2O.
Parpadee un par de veces antes de abrir mis ojos completamente. Mi madre estaba enfrente de mí con su rostro totalmente preocupado.
-oh, cariño, por fin despiertas!- dijo mi madre delicadamente. Le observe y luego mi vista voló alrededor del cuarto, estaban solo Rose & mi madre junto a mi.
-Robert… ¿Dónde esta Robert?-pregunte a los minutos, levantando mi cabeza.
-Esta abajo llamando a Liam para que venga a verte- mire a mi madre con el ceño fruncido. Me acomode rápidamente en la cama quedando sentada en ella, sin problema alguno.
-No, me siento en verdad mejor- proteste
-Robert nos ha dicho que no es la primera vez que te desmayas, deberías dejar que te vea Liam, ____________- esta vez Rose hablo usando el mismo tono tranquilo de mi madre.
-Me siento bien…- dije nuevamente segura. Era verdad no sentía nada fuera de su lugar dentro de mi. Quería evitar una visita al doctor como fuera lugar, odiaba esas rutinas médicas.
-Liam no se encuentra, tendremos que….-la imagen de mi marido apareció a los segundos dentro del cuarto. Su rostro tenso y preocupado me asustó un poco. Fijo su mirada en mi y su rostro se desentenso en un suspiro. Se acerco rápidamente a mí.
-Estoy bien, no…-
-No me digas que estas bien, solo, no lo hagas- dijo en un susurro, una mueca de preocupación acompañada con algo mas, le mire mas detenidamente, su mirada reflejaba miedo, miedo puro.
-Liam no se encuentra en la ciudad, pero vamos a buscar a otro doctor para que pueda revisarte- dijo mirándome fijamente.
-Pues no iré, es totalmente innecesario Robert.- solté, el me fulmino con la mirada enseguida. –Ahora mismo me siento muy bien, solo…- su rostro se altero al tiempo que pronuncie esa palabra
-¿solo que?- tomo mis manos entre la suyas
-solo que…tengo un hambre del mil demonio- mire a mi madre quien a los segundos rio a mi comentario, sonreí mirando a mi marido, su cabeza agacha escondía la bella sonrisa que estaba en su rostro, me observo aun sonriente.
-Pues vamos al comedor ha comer algo- mi madre dijo entusiasmada, me levante rápidamente y aun así Robert me sujeto con su brazo a su cuerpo todo el trayecto del cuarto al comedor. Mis hermanos y mi padre me miraron totalmente preocupados, les sonreí y les hice saber que estaba todo bien. Mi madre me sirvió algo de comer y prácticamente me lo devore en un minuto. Pregunte en que habían quedado al final con lo del viaje de mañana y bueno, eso fue lo que necesite para que quitaran sus miradas de mi y se enfocaran en el dichoso tema. Robert no se aparto de mi lado un segundo, sujetando su mano en mi donde se le fuera posible.
Pasamos prácticamente el día completo en casa de mis padres, aparte de mi mal momento de casi quedar pegada en el suelo si no hubiera sido por los brazos de mi marido, todo anduvo genial. Suzie al despertarse paso totalmente en mis brazos, estaba realmente encantada con esta pequeña, me hacia sentir de verdad bien. Respecto al viaje todo ya había quedado claro, nos juntaríamos a eso del medio día en casa de mis padres para dejar almorzado aquí y luego vendrían por nosotros desde el aeropuerto. Mi madre se había encargado ya de todo eso ¿Cómo? No tengo la menor idea. Ya pasadas las ocho de la noche me sentía un poco cansada y con algo de fatiga, por lo que decidimos despedirnos y volver a casa junto a mi marido. El viaje fue realmente mas corto de lo que antes había sido o quizás estaba realmente cansada y me había quedado dormida unos minutos y ni cuenta me di de eso.
Tenia nuevamente ganas de comer lo que fuera, al llegar a casa fui directo al refrigerador y estuve unos minutos analizándolo y viendo que había para comer. El canasto de frutas dentro se veía realmente apetitoso con diferentes tipos de frutas, incline un poco mi cuerpo para escoger algunas frutas. Las tibias manos de Robert se posaron en mis caderas y acorto enseguida el pequeño espacio que había entre nosotros pegando mi trasero al bulto que sentí de inmediato sobre su pantalón.
-¿Ha quedado con hambre, Steele?.- pregunto, enseguida enderece mi cuerpo mirándole
-Algo- su mirada estaba totalmente oscurecida. Mi boca se seco al instante. Tomo las frutas que estaban en mis manos y dejo algunas de lado. Tomo una pera con una de sus manos y la llevo a mi boca, la rozo contra mis labios sin quitar su mirada oscura de mí. Abrí la boca y mordí con fuerza. La fruta estaba blanda y jugosa haciendo que una gota de su jugo cayera por mis labios y pude sentir el frio de esta formar un camino por mi cuello y luego por entre mis senos. La mirada de Robert había seguido el camino hasta mis senos. Tiro la pera aun lado y en un segundo se abalanzo sobre mis labios, el sabor de la fruta aun estaba en mi boca y su lengua lo estaba ahora también, recorriendo cada espacio de esta. Su cuerpo se movió rápido tomando el mío con sus manos. Acorralo mi cuerpo entre la mesa de piedra de la cocina y su cuerpo, tomo mi cabeza con una de sus manos y la echo hacia atrás con delicadeza, acerco su rostro a mi cuello y su lengua lo toco, y comenzó a bajarla por el mismo camino que antes había establecido esa gota de jugo de la pera, hasta mis senos.
Al parecer era una manía para Robert romper mi ropa, tomo mi vestido por detrás y en un agarre exacto lo rompió en una sola línea, tirando lejos los pedazos de este. Estaba en una sugerente y sexy ropa de encaje sobre la mesa de la cocina totalmente caliente y mojada. Tire mis brazos sobre los hombros de Robert y reclame la necesidad de besarlo que tenia en ese momento, tome su rostro con fuerza y le bese con la misma intensidad. Baje mis manos desde sus hombros hasta su espalda y torso, acariciando parte de ese cuerpo maravilloso que solo a mi me pertenecía. Sus hábiles manos tomaron mi ropa interior de encaje, importándole muy poco eso, y se desiso de ellas casi con la misma fuerza que lo había hecho con mi vestido. Mis manos volaron a sus caderas, notando que no tenia ya sus pantalones encima, sonreí satisfecha. Solo me basto hacer a un lado sus bóxers y poder así liberar a su miembro y la gran erección que a este le acompañaba. Apreté mis piernas en un puro acto de deseo.
Sus fuertes manos me llevaron hacia él, enrede mis piernas en sus caderas y su p*ne se poso en la entrada de mi sexo, di un pequeño grito en su cuello. Sus manos volaron a la parte baja de mi espalda y me apretaron hacia el y su penetración fue rápida y dura.
No le tomo mas de un minuto movernos de ahí y acercase a la pared fría y blanca que estaba en un rincón de la cocina. Me soltó haciendo que mis piernas cayeran tocando el frió suelo. Tomo mi cintura con su mano y me elevo solo unos pocos centímetros y volvió a penetrarme fuerte y duro, eleve mis piernas a su cintura debido a su fuerte estocada, apreté mis piernas en su cintura acercándolo mas a mi y profundizando mas su penetración. Mi manos viajaron nuevamente a su fornida espalda, ahí rasguñaron de vez en cuando a sus fuertes y profundas estocadas dentro de mi. Comenzó a moverse cada vez con más rapidez, mi cuerpo chocaba contra la pared y mi espalda se arqueaba a cada dura penetración. Su agarre en mi cintura se profundizo, si no hubiera sido así sentía que en cualquier momento podía caer, su empuje era algo doloroso pero totalmente excitante y exquisito a la vez. Sus gruñidos acompañaban mis gemidos en cada penetración.
-Mas fuerte…- pedí casi en un suspiro, mi espalda y mi cuerpo se arquearon completamente cuando dio una fuerte y profunda estocada. Su boca bajo a mi cuello y luego a mis senos, los mordió con maldad haciendo que cada partícula en mi sintiera esa electricidad única. Saco mis piernas de su cintura, saliendo de mi, fruncí el ceño algo molesta. Sus manos dieron mi cuerpo vuelta, quedando de frente a la pared. El peso de su cuerpo empujo sobre el mío, su boca y lengua acariciaron mis hombros, cuello y espalda. Separo mis piernas y sentí al segundo su p*ne pasar por mi trasero hasta llegar nuevamente a la entrada de mi sexo. Nuevamente su penetración fue dura y profunda, grite apretando mis manos contra la fría pared, sus manos comenzaron a jugar con mis senos aumentando toda excitación en mi mientras su lengua y boca seguían disfrutando de mi cuerpo. Su miembro salía y entraba de una forma realmente rápida, baje mi mano a la altura de su p*ne tomándolo, apretándolo mientras el seguía empujando contra mi. Mordió mi hombro gruñendo por mi propio juego hacia su miembro, apretaba y acariciaba y eso le estaba haciendo perder la cordura. En un acto rápido una de sus manos voló hacia delante, a mi clítoris y comenzó su venganza ahí, toco por unos segundos y luego metió dos dedos dentro de mí. Y oh, mierda. Era algo totalmente fuerte, su penetración seguía ahora igual de profunda que antes ya que mi mano no estaba en medio, y sus dedos dentro. Mi cuerpo se acelero más y sentí fuego completamente. Sus estocadas no pararon y los movimientos de sus dedos eran casi igual de rápidos que estas. Sentía que mis piernas dolían un poco y sabía que en cualquier momento el orgasmo estaba por azotarme. Apretó su cuerpo contra el mío y su penetración llego al final, apreté mis paredes alrededor de su miembro al tiempo que el presionaba su mano contra mi clítoris. Eche mi cabeza hacia atrás para verle, lleve mi brazo a su nuca tomándola y dirigiendo mis labios a los suyos. Devoramos la boca del otro de una forma completamente salvaje, el mordió mis labios y yo hice lo mismo con los suyos. Las caderas de mi marido dieron su ultima fuerte, dura y profunda penetración haciendo que los dos encontráramos nuestro orgasmo juntos aun presos de ese encantador beso que duro unos largos segundos mas.
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