Thursday, February 07, 2013

FanFic: "EVERY BREATH YOU TAKE OF ME" (Robert Pattinson & Tú) - 17mo Capitulo.

HOLA PRECIOSAS<3 como cada jueves & martes les vengo a dejar nuevo capitulo(: estaba pensando en subirles el domingo un capitulo "extra" creo que se lo merece jiji(: espero que sigan disfrutando la novela, gracias por todo, nos vemos, las adoro<3

ANI :)

SUMARIO


EVERY BREATH YOU TAKE OF ME
CAPITULO 17.


Eche un ultimo vistazo a mi misma en el espejo, me sonriéndome a mi misma, aun que ya iba algo mas que bastante atrasada me había vestido (http://onesite.uvnimg.com/mipagina.univision.com/user/kjstewart/blog_photos/large/527d1cb00a4deb9a519fdf07f586edd9.jpg?v=135000 ) y maquillado decentemente, no se veía totalmente desordenado, solo un poco. Volvería nuevamente a mis labores en la empresa, me había ausentado ya bastante, no quería perder un día más, pero estaba tranquila, sabia que todo estaba bien, en manos de Robert la empresa jamás perdería, nunca. 

Baje en dos tiempos las escaleras tomando mi bolso y saliendo de casa, Robert ya estaba instalado dentro del coche por lo que al subirme de inmediato partimos nuestro camino. El día estaba realmente genial. Las calles de NY estaban casi vacías solo veías personas caminando, andando en bicicletas o tendidos en el césped. Desee en ese momento bajar del coche y tenderme en la hierva y mirar el cielo, una parte de mi estaba algo realmente exhausta, las cosas estaban mejorando pero había algo que aun no estaba claro para mi ¿Qué es? Una puta idea. 

Libere mi mente de mis pensamientos un minuto, mire a través de la ventana notando algo ¿Por donde íbamos? Levante mi cabeza del respaldo del asiento mirando mas detenidamente hacia afuera, no era el camino que nos llevaba a la empresa. Mire al frente en el momento que el auto entraba en una nueva avenida, mi cabeza voló hacia ambos extremos de la calle la cual estaba compuesta por locales de distinto tipos, era algo encantador el lugar, la pintura y la decoración de cada local lo hacia un lugar tranquilo y realmente bello. Trabaje en mi mente después de que había sentido haber estado aquí antes, hay reconocido algunos locales pero no recordaba con exactitud cuando había estado aquí. Mire a Robert pidiendo ayuda al tiempo que el coche se detuvo, mi hombre me miro sonriente, desvié la mirada nuevamente hacia la ventana que estaba a mi lado. 

Observe el lugar y no puede evitar sonreír como una tonta mientras dentro se acumulaban millones de sentimientos, todos exclusivamente buenos. Claro, por eso aquellos locales se me habían hecho tan familiares. Me abrumo un sentimiento de nostalgia de repente y ganas de llorar era las que sentirá ahora mismo, pero me sentía realmente contenta. Robert recordaba todo esto aun, esas cosas maravillosas que yo pensaba que estaban en el olvido ya para él. La puerta del auto se abrió mostrándome a mi hombre sonriente y con mirada bellamente viva, tendió su mano y yo la tome enseguida bajando del auto. Quede paralizada enfrente del local, observándolo nuevamente por todos lados. Bufe y sonreí, en realidad no podía creer esto. 

-Esta vez no esta cerrada, podemos tomar un café- sentí el calor de Robert detrás de mi, sonreí a su comentario. Asentí dándome la vuelta hacia el 

-Me encantaría- dije aun sonriendo. Se acerco a mi todo sonriente y feliz depositando un beso en frente, tomo mi mano y caminamos dentro de la cafetería. 

El lugar estaba algo cambiado por dentro pero recordaba a la perfección como era antes, lo habían ampliado y cambiado un poco el estilo, pero lo rustico y tranquilo seguía en el ambiente. Nos sentamos en el primer puesto desocupado, un sofá cómodo pegado hacia la pared largo acompaña una espaciosa mesa de madera con toques ligeros de vidrio en sus bordes. Solo me dedique a observar y mi mente a recordar todo los momentos que antes habíamos compartido Robert y yo aquí, conversaciones, situaciones de todo tipo. Pasábamos horas en este lugar hasta muchas veces nos quedábamos a estudiar en esos tiempos de colegio. Sonreí mirando por sobre mi hombro, observando cada espacio de este lugar. 

-¿esta bien así?- escuche decir a Robert, le mire y el estaba observándome a mi esperando por una respuesta 

-¿disculpa?- dije, su divertida sonrisa hacia mi causo que yo sonriera también. Él estaba feliz, lucia joven, tranquilo y relajado. Me encantaba. Me di cuenta de la joven que estaba parada aun lado de él claramente sin intenciones de quitarle los ojos de encima. Alce una ceja en su dirección, Robert le murmuro algo que no conseguí escuchar, mordí mi labio inferior. 

-¿Qué has pedido, amor?- pregunte mirando a Robert, el me observo enseguida con algo de sorpresa, sonrió enseguida. Mire a la muchacha dedicándole una sonrisa de ‘con él no, perra.’. Ella sonrió como si estuviera mordiendo su lengua y con la mirada que me dio sin duda estaba odiándome en ese preciso momento y sin mas desapareció de ahí. 

-¿Qué ha sido eso?- pregunto Robert con una loca y bella sonrisa en su rostro mientras corría su magnifico cuerpo hacia mi. Le mire alcanzo las cejas 

-protección anti perras. no necesito a otra- solté sin titubeos. Rio echando su cabeza hacia atrás 

-maravilloso que te haga gracia- bufe, su brazo voló a mi cintura en un parpadeo, me aferro a su costado con fuerza y posesión. Apoyo con suavidad su mentón en mi hombro, le observe. 

-Gracias por esto- susurre, el sonrió y me observo 

-Quería que recordaras lo que éramos- 

-Siempre lo recuerdo. Cada día- 

-Me gusta saber eso- 

Acaricio mi costado despacio haciendo que sintiera un pequeño cosquilleo. 

-Déjalo ya, que me produce cosquillas- le avise, haciéndome a un lado un segundo para que se detuviera. Su mano subió por mi espalda hasta posarse en mi nuca, nos observamos unos segundos el uno al otro, su mirada me observaba con rapidez, cada espacio de mi rostro 

-¿Qué?- pregunte. Respondió unos segundos después 

-Eres perfecta y completamente mía- murmuro esas palabras como si de algún premio importante estuviera refiriéndose. Una seguridad y convicción en sus palabras que totalmente me abrumaron. Acerco su rostro al mío dándole a sus labios todo el poder sobre los míos. Me beso con la misma firmeza y encanto de sus anteriores palabras, mis manos volaron a su nuca con determinación profundizando ese beso nuestro. Tuvimos que separarnos al oír el golpe sobre la mesa, la orden que Robert había pedido ya estaba sobre nuestra mesa, alce la mirada encontrándome con misma muchacha de antes. 

-Gracias- le dije sonriente 

-¿Desean algo mas?- Mire a Robert y su mirada estaba en mi, su divertida sonrisa seguía ahí encantándome. 

-No, muchas gracias- respondió cortésmente, ella asintió dándose la media vuelta. La observe hasta que se detuvo nuevamente en la parte que parecía ser una pequeña recepción o algo así, estaba enoja y hablando entre dientes. Sonreí complacidamente ganadora. 

-Que celos, Steele- soltó mi hombre, bufe. 

-Claro, como digas- rio y le acompañe enseguida. Y continuamos así varios minutos. Creo que el tiempo completamente se detuvo, me sentía tan segura y libre. En ese momento, en ese lugar volvimos hacer los de antes, volvimos a hablar, bromear y reír como antes lo hacíamos, a lo que estábamos acostumbrados, a lo que se había perdido sin que nos diéramos cuenta. Él me daba completamente toda esa seguridad y libertad, el verlo sonreír, hacer muecas, el escuchar su perfecta risa, el que me hablara con esa sutileza manteniendo lo cabello y gentil, dejando aun lado lo frió y controlador que en estos años se había vuelto, me hacia sentir nuevamente feliz. Había estado pensando en todo lo que el amor nos había hecho, pero pensando en ese amor que en estos últimos años había entre nosotros, ese frió como el hielo. Ahora, en ese fragmento de nuestras vidas me di cuenta de que las cosas podían cambiar, como cambiaron para mal pueden volver hacer buenas, solo dependía de cómo nosotros queríamos que fuera. Y el me necesitaba tanto o mas como yo le necesitaba cada día, lo podía sentir aun en cada toque que realizaba sobre mi cuerpo, en cada mirada y palabra que me dirigía. Ambos nos habíamos equivocado y lo peor fue que callamos todo lo que habíamos fallado, no lo enfrentamos cuando se debió y las consecuencias fueron sentir ese dolor que te quema y parte el corazón a cada segundo sin piedad. 

Ambos prometimos que estaríamos bien y así seria. 

-termina el desayuno, ___________- me ordeno. No me había levantado con el mejor de los apetitos esta mañana, le mire entrecerrando los ojos mientras una mueca se dibujaba en mis labios. 

-lo terminas. No quiero que tu madre vuelva a decir que no te doy de comer- reí por lo bajo. Mi subconsciente enseguida despertó al comentario de Robert. Mordí mi labio inferior 

-Me tienes muy bien alimentada- dije. Lo observe y ojos verdes oscuros estaban sobre mi. Había comprendido totalmente el doble sentido de mi respuesta. 

-¿Si? ¿Eso piensas?- asentí. 

-Estos últimos días han sido en particular realmente…- 

-Productivos- me interrumpió. 

-Estaba buscando un término mas…caliente- solté, el rio y deposito un largo beso en mis labios. Una de sus manos se poso sobre mi muslo haciendo que rápidamente subiera hasta mi entrepierna. Le observe alterada 

-Robert…-alcance a susurrar cuando su boca nuevamente reclamo la mía. Su mano acaricio mi sexo unos segundos produciendo enseguida que sintiera dentro un mar de fuego. Gemí en su beso, abrí un poco mis piernas inconscientemente al tiempo que sentía como con sus agiles dedos rompía mi media. Oh, mierda. Él era capaz de hacerlo, de hacer eso y lo que fuera. El beso se corto de pronto y su mirada oscura y llena de lujuria estaba sobre la mía. Tome mi café entre las manos y bebí algo de el, dejándolo enfrente de mis labios al tiempo que Robert ponía su rostro entre mi cabello y hombro. Su mano se movió rápido debajo de mi haciendo aun lado mi braga, toco y acaricio y yo di un pequeño salto en el asiento. A la mierda, ¿Por qué me hacia esto? Lo disfrutaba, en verdad disfrutaba que me tocara de las formas que el lo quisiera, pero en lugares así era algo realmente paranoico. De repente uno de sus dedos jugo en mi entrada despacio sin apuro alguno. Apreté mis piernas, sentía que todo el cuerpo me ardía, apreté el jarrón de café entre mis manos y cerré los ojos, introdujo la mitad de su dedo dentro de mi. Ahogué un gemido en mi boca, le observe, haciendo que su rostro saliera de la posición en la que se encontraba, su expresión era totalmente relajada y tranquila, y con una excelente y excitante sonrisa torcida en su rostro. Movió su dedo circularmente con la misma lentitud de antes. Ahí me tenía totalmente caliente y mojada en una cafetería con público el cual yo sentía que tenía sus ojos clavamos en nosotros. 

-Robert…-pronuncie nuevamente y esta vez el sonido de su celular me interrumpió. Él bufo algo molesto y rodando los ojos me libero. Respire totalmente a salvo. Rebusco en el mismo hasta que encontró el aparato, lo tomo en su mano y contesto. Mire para todos los lados de la cafetería lo mas discreta que pude al tiempo que trataba de poner toda mi ropa en orden. Sentía aun mis piernas totalmente de lana, mi corazón estaba a mil y mi respiración algo agitada, observe realmente a la nada y trate de calmar mis locas emociones producidas por mi querido marido. 

-wow, hemos pasado casi cuatro horas aquí- escuche decir a Robert, le observe ya totalmente compuesta, o algo. –Tenemos que ir a la empresa, han llegado los inversionistas desde Paris- me informo, asentí rápidamente. 

-Espectacular. Dame un minuto, pasare al baño- dije levantándome enseguida 

-¿Necesitas refrescarte, Steele?- soltó sonriéndome como si hubiera ganado algo. Le fulmine con la mirada y negué a su pregunta. Era un total tramposo y cruel jugador. 

Entre al baño de la cafetería, aun me sentía un poco hirviendo, me mire al espejo notando lo rojo de mis mejillas. Perfecto!. Deje correr el agua de la llave, moje mi mano y luego la lleve a mi rostro, hice eso mismo un par de veces mas hasta que me sentí algo “aliviada” por dentro. 

Salí del baño encontrándome directamente a Robert de espaldas hacia mí, camine hacia él y al llegar junto a él tome su brazo 

-Estoy lista- dije. Se dio la vuelta haciéndose aun lado, lo observe y su rostro totalmente tenso me asusto, en un acto reflejo mire enseguida a su lado, mas bien al frente. Mi respiración se detuvo y la rabia y el miedo le acompañaron enseguida. Ella estaba aquí.

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